Como consecuencia de mi último Substack, además del cambio de psicoanalista, perdí amigos de la Facultad. El problema fue por el texto que cité. Ese que te cambia, que te sumerge en la literatura y la teoría crítica, que te permite darle sentido a la vida. Bueno, confundí su autor. Imagino que todos ustedes también notaron el error y están tan ofendidos como ellos. Si es así, deberé dar un perdón generalizado.
Para remediarlo, compartieron conmigo vía mail una carpeta de Google Drive con desgrabados, pdfs poco legibles, textos traducidos de Shklovski y el formalismo ruso. Todo será leído…
Y si no leo todo (nunca hay tiempo suficiente), poco a poco voy a ir aprendiendo a asentir, y obtendré junto a mi licenciatura, experiencia en fingir que sé lo que no conozco, experiencia en reírme aun cuando no sé de qué se habla. Decir que sí sin conocer es mentir: el mensaje rebota en el vacío como información perdida. La mente, en vez de recuperar, procesa una nueva duda. Loop.
De todos modos, ya no me queda a quién decirle que sí: no tengo muchos amigos en la Facultad. Pensarán que es por cheta y careta. Tal vez no se equivoquen.
Perdida en Puan, historias de enemistad:
Primero, perdí a mi amiga peronista. Hace un año rechacé un panfleto del ¡Ya Basta! (agrupación estudiantil vinculada con el Nuevo MAS). Ella escuchaba mi acto de rechazo sin entender muy bien por qué, permanecía en silencio y a pesar de que yo estaba sumergida en la discusión, podía ver la vergüenza en sus cachetes colorados. Cuando se fue el militante n°6, le expliqué que lo hice por el siete de octubre. Tal vez fue por el ruido blanco, el murmullo y las secas de tabaco armado, que no me escuchó bien. Le decía que no podía agarrar ese panfleto, mi convicción, aunque escasa, no me dejaba tomarlo. Cómo veía que su cara dejaba de estar roja para verse asombrada, que sus ojos ahora brillaban y de pronto destapaba la quinta cerveza, me vi en el aprieto de aclararle: no hablo del 17 de octubre. Ah. Seguí hablando sobre la bandera de Palestina en el medio del patio, pero ella ya había perdido interés. Por suerte quedaba la cerveza.
Sólo para que puedan reponerlo, la discusión fue algo así: no.quiero.tu.panfleto.mp3 / ¿por qué?/ porque soy judía / La Rusa Bregman también es judía. Y como no me acuerdo lo que dije después, lo que lamentablemente denota mi escasa argumentación, le pedí ayuda al chat gpt para tener un buen cierre de la anécdota.
Esto es lo que podría haber dicho:
1. Pero no estoy hablando de ella, estoy hablando de mí. Mi historia, mi vivencia y mi sensibilidad no son las de Bregman.
2. Sí, y hay judíos en todas las posiciones políticas.
3. Ser judía no significa pensar lo mismo que otra persona judía. No hay un “único” ser judío.
4. Sí, y Kissinger también era judío. ¿Eso hace que debamos pensar igual?
A veces la risa ajena es la mejor respuesta.
Pero eso no es todo.
También surgió cierta polémica en la asamblea de la primera toma del año pasado. Lo que se discutía era si tomar o no la facultad (sin antes escuchar a todos los estudiantes agrupados y no agrupados). Después de oír al sindicato de Rappi, a los compañeros del Hospital Bonaparte y al peronista Troy Bolton —un hombre alto y aplaudido por su oportuna mención de la historia de la militancia en la Facultad—, las chicas tiraron sus bombachas y levantaron las manos para hacer V. Después de todo eso —más de tres horas de escuchar, cantar y repudiar cualquier idea de los radicales— se pasó a mocionar. Por supuesto que la facultad iba a tomarse, por supuesto que estábamos a disposición de los compañeros del Hospital, y por eso mismo iríamos al Congreso: todos juntos, de lunes a viernes, en horario laboral. Todos dijeron que sí.
Mi problema, tal como lo ven venir, surgió en cuanto se propuso tomar la facultad en favor y apoyo al genocidio en Palestina. En vez de conversar con un estudiante militante, le pedí al Chat Gpt unas palabras:
“Proponemos tomar la facultad como forma de lucha y solidaridad activa con el pueblo palestino, que está siendo víctima de un genocidio por parte del Estado de Israel. Un Estado ilegítimo, colonial y genocida, que ocupa y extermina al pueblo palestino con total impunidad. Como estudiantes comprometides, no podemos mirar hacia otro lado mientras se comete una masacre en tiempo real. Esta toma es también una forma de decir: basta de complicidad, basta de silencio, Palestina libre."
Accurate. Voté en contra. Me abuchearon, me silbaron, me tiraron piedras.
Ay Martu, que pick me de derecha. Como institución, hay discusiones zanjadas de las que no hay vuelta atrás. Me parece bien.
Okey. Creo que estos dos casos son mi acto de militancia, además de hacer mi Bat y haberme ido al ejército israelí por tres días. Los papis del curso pagaron el pack más barato, y por eso mismo no hicimos grandes ejercicios de esfuerzo físico, sino que marchamos y lavábamos los platos, ¡tan sólo una vez me dejaron disparar! Houellebecq habla de cómo el turismo se torna en una “aventura comercial”, y como en ciertos lugares, es el único modo posible de conocer. Este es un caso específico: pagamos miles de dólares para viajar y saber cómo es la experiencia en el ejército, pero no pagamos lo suficiente y nos permiten hacer poco, tan sólo escuchar alguna anécdota con actuaciones y mímica de cómo comportarse y detener a un contrario. White Lotus con sus grandes hoteles podría ser otro ejemplo de turismo, tal vez un poco más comercial...
En fin, tengo que dejar de currar con mi religión por bastante tiempo, por bastantes substacks. Prometo que lo haré.
Ya termino.
Esto me da pie para contar una pequeña curiosidad que tuve en el verano. Básicamente, estuve hondamente interesada (al menos por dos o tres tardes) en conocer los diferentes significados de la palabra nazi.
Intereses de verano: sexo, droga y acepciones de “nazi”:
Estaba interesada en encontrar la representación del significado de esta palabra según sus contextos de uso. Quiero aclarar para mis lectores +30 que algunos chiquilines usamos nazi en nuestro discurso informal como algo bueno, picante, algo de otro level. Esto quiere decir que el significado, además de ser según el “conocimiento del conocimiento del mundo”, o según un diccionario, también está al servicio de un nuevo contexto. Hay una herramienta que puede servir, el análisis de semántica latente (LSA). Se trata de una técnica para analizar el significado de una palabra según las relaciones que tenga con otras “palabras vecinas”.
Pero mi potencial búsqueda intentaba ver hasta dónde se normalizó este nuevo uso, dejando de de lado la acepción “histórica”. Y lo cierto es que ambas palabras no van a usarse en contextos parecidos. Lo que me interesa es tener dimensión de la expansión de la palabra y así poder ver el desplazamiento de la acepción histórica y el slang actual, y si por ejemplo, hay pugna o convivencia entre ambas.
De hecho, podría usar esta palabra como cualquier otra. Hay muchos nuevos términos que no se definen exactamente según un contexto de uso específico. No pueden definirse según palabras “vecinas” que tengan a su alrededor en múltiples ocasiones, sino que, al contrario, se definen por su aleatoriedad. Por eso mismo o entendes o no, o sos un viejo o no.
Quise acceder desde el Chat Gepetina a X y extraer todos los contextos posibles de la palabra nazi. No me lo permitió. Elon Musk limita muy bien su información. No se puede acceder desde un ninguna inteligencia artificial (gratuita al menos). Esto imposibilita recopilar información a gran escala, lo que para mí es la información pilar y en definitiva, medidora de la influencia del término.
Cuando lo conté, esta fue la respuesta:
Podrías ver qué pasa si alimentás a una inteligencia artificial (Chat Gepetina) con ese nuevo significado de nazi.
Se puede armar un pequeño corpus que permita ver la ambigüedad del término.
Y ¿qué opinas de eso moralmente?
Respecto de la moralidad, sería interesante debatir el avance de la derecha junto a la la aceptación de significados sin significado. De todos modos, una distancia nos separa: quien escribe no es el dueño de la moralidad, y en cierto punto, lo moral es un embole.
Lo cierto es que un análisis sobre nazi es anticuado, y poco a poco me convierto en la profe de lengua. Constantemente surgen nuevos términos desde el habla popular o informal que engloban arquetipos sociales, términos adoptados y resignificados. Lo que me interesa es ver hasta qué punto se entienden y sobreviven. Eso permitiría dimensionar la expansión de los nichos de internet. En el fondo ya sabemos que estas nuevas palabras existen. Creo que queda calcular su magnitud.
Tengo bastantes más cosas que decir al respecto. De todos modos, hay muchos estudios que se ocupan del slang en social media. Voy tras ellos.
Ya veremos donde nos encontrmos la próxima… sí sé que voy a dejar de hablar de la religión. Disculpen. Lo que pasa es que hace poco me comentaron que en mi escritura debo “mantener”, seguir sobre el mismo tema, y por eso mismo parece que estoy monotemática. En fin.
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Los quiero!!
anashe
de los últimos que leí, el que más me gustó y me interesó —aunque me vi ligeramente desplazada cuando mencionaste la pérdida de tu amiga peronista, apropiándole así el protagonismo que, por derecho, me correspondía a mí😝😝😝😝