Actuar o Dilatar
Repaso nuevos los pecados capitales para una revista literaria. Amor, precocidad, dilatación y acción.
Hola.
Hoy hay elecciones en la ciudad. De todos modos, no vamos a hablar de política.
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Hace unas semanas me ofrecieron escribir un ensayo sobre el tema que deseara para una revista de literatura independiente pluralista y no académica.
¡Su primer número!
La invitación me incomodó un poco. Vengo escribiendo sobre experiencias chamánicas, brujos y “la adicción al tarot en Twitter: gatos y lo que te muestra el algoritmo”. Y ahora, tengo que subordinarme a conexiones temporales bien pensadas, normas APA y citas de autor.
Les anticipé mi estilo posmoderno y ellos me comentaron que están escribiendo sobre:
La dialéctica y la obsolescencia: apuntes sobre la actualidad del pensamiento marxista.
Reinvenciones del fracaso: la izquierda como estructura de deseo en la era postutópica.
Antes de publicar este mismo Substack, compartí un borrador. Después de la lectura, pregunté si se entendió la ironía de los dos títulos de arriba. Me dijeron que sí. Entonces pregunté por que nadie se había reído. Son un chiste. Un “valiente” me respondió que debería dejar de describir tanto y pasar a la acción. Que me la paso describiendo y dilatando el tema sobre el que voy a escribir. “Más acción y menos dilatación”.
De entrada me parece anti feminista, anti sexo y homofóbico. Y yo, prudentemente, le dije que “más acción y menos dilatación” sería a partir de ahora mi leitmotiv. Voy a aceptar la crítica a pesar de que la descripción y la digresión, la digresión y la fantasía, son para mí dos hermanas gemelas que se visten igual.
Sin más preámbulo, empiezo.
Para el ensayo del que les hablo voy a escribir sobre mi personaje favorito.
Bruno. Su vida puede reducirse en un episodio de tres actos:
Primer acto: Bruno está escondido detrás de la puerta y mira las piernas de su madre. Se acerca hasta que puede ver los labios de su vagina.
Segundo acto: se masturba.
Tercer acto: termina, agarra una piedra y mata a un gato. El cráneo del animal explota.
Este personaje no logra reprimir los deseos por su madre. Y eso le caga la vida. Para el ensayo académico pensé en incluir una serie de detalles sobre edipo.mp3, minuciosidades que saqué directo de Lacan. Pero acá… ni siquiera hace falta decirlo. Hablar de una infancia siempre va a traer una lectura edípica. Y ni hablar cuando se analizan los actos de la vida de un hombre. Es la expansión más común del concepto, la enseñanza más generalizada, el dispositivo compartido entre las mujeres enojadas que quieren entender el mundo masculino y el amor por sus mamás. Jamás deberías relacionarte con un hombre que quiere que le resuelvas, o un hombre que no quiere que le resuelvas nada. O un hombre que espera que vos le levantes el plato. Si les gustan las tetas, es Edipo, y sino, también. En fin.
Bruno, años más tarde, en vez de acercarse con aprecio a una niña de su curso, le toca el muslo. Están en clase viendo una película. Ella también siente agrado por él e incluso le pide que se siente al lado. Él toca su pierna descubierta, ella espera unos segundos y aparta la mano regordeta de Bruno. Mucho tiempo después él piensa que, si en vez de sentir su cuerpo, le hubiera tomado la mano, las cosas hubieran sido muy diferentes.
En la narración de la historia de Bruno no hay ningún tipo de elipsis. Nos cuentan todo sobre él. No puede hablar con mujeres, y es un adicto, vuelve cada hecho trivial en un evento obsceno y repugnante. Bruno nos deja ver la génesis del pensamiento desgarrado de un sujeto individual. Me pregunto si existe, de este mismo modo, un dolor primero en el cuerpo de cada hombre, dolor que nos negamos a ver y renegamos que exista. Nada de esto es su culpa.
Nada de todo esto es su culpa.
Bruno podría ser un incel. Imagina que en el colectivo, debajo de las remeras gruesas y los sweaters de lana, hay pezones que se la ponen dura. Y se masturba ahí mismo.
Hoy en día, la idea del incel en internet se democratizó. Adolescence se convirtió en incels 4 dummies y boomers. Su presentación mundial es pedagógica. Hasta el Bananero da consejos al respecto:
El incel podría formar parte de los arquetipos del sujeto moderno, de la esfera de lo insufrible, de lo inescuchable por aburrido. Está dentro de la lista de los personajes contemporáneos, como la feminista y la feminazi, y sus herramientas, el escracho, y denuncias, gaslighting. A lo que voy es que, la difusión de una nueva palabra, junto a su repetición dentro de grupos sociales diversos y a nivel mundial, hace que el término emergente -la nueva palabra- se adecúe a nuevas características, y entonces, se abarquen más sujetos comprendidos por una misma cosa. Su consecuencia, que las palabras y los conceptos se conecten en menor medida, sin un sistema de sentido sólido, son palabras que sólo sirven para la conversación inmediata. Y se fosilizan. Pronto vamos a usar el término manosphere de manera común y generalizada, en Argentina ya tenemos nuestras propias versiones.
Todos personajes destinados a dar risa.
En fin. Sigo.
Propongo que Bruno es una anticipación de esta tipología de sujetos -los incels- Es un hombre que vivió su adultez en los 90´s, y su madre, una figura apenas presente que se rehusó a habitar en los límites de una familia tradicional. Psicodélicos y comunidad hippie. Esa mujer sí que vivió la libertad individual a principios de los sesentas.
Pero a costa de ello, la libertad individual se convirtió en un espacio de soledad y el cuerpo contemporáneo en una mercancía. Quiero ser más clara: todas las ideas de mayo del 68’ fracasaron. Si la ampliación de derechos es una necesidad que tenemos, Monstruo Capitalismo come y come.
Pero al menos, si un personaje no puede amar, si hay personas que no pueden amar, su placer puede ser satisfecho. No poder hablar con mujeres, no poder relacionarse y cometer los actos más desagradables, ilícitos, merecedores de la pena de muerte y la exclusión social, se complementan con el mercado sexual online más grande que alguna vez se ha visto. El amor ha dejado de ser una necesidad. Si hago una comparación al hablar de Bruno, sólo estoy diciendo que la “libertad” y el consumo se exacerbaron. Ya lo sabemos.
También ya conocemos el binomio cuerpo-mercancía. Las chicas libres lindas y locas tienen muslos que pueden ser tocados, tienen belleza y mueren por mostrarla, y el mundo también se muere por ver fotos de las carnitas occidentales. Diciendo esto. considero vieja la posición de Julia Mengolini donde el cuerpo hegemónico es una imposición: las chicas no toman Ozempic y van al gimnasio por la culpa de Jimena Barón; la socialización gira en torno a nuevos rituales.
El ser humano tiene muchas características distintivas como especie. Algunas de esas propiedades están correlacionadas entre sí Por ejemplo, si un humano tiene boca, tiene dedo pulgar y también tiene ojos, sería lógico que también tenga genitales. Rasgos distintivos y compartidos. Pero el tema es que, entre seres vivos y objetos inanimados, hay un punto en común: la satisfacción sexual. Mientras que los sujetos cargan con emociones, amor y precocidad, los objetos inanimados sólo existen en tanto su uso instrumental.
Pueden ser amigables. Y también hay miles de puntos en común donde los objetos cargan con la utilidad de los hombres. Pero están desplazando el placer primitivo original.
El acceso directo a todos estos dispositivos de sexo indirecto se convierte en la muerte del libido
Satisfacer el sexo por todas vías supone la derrota de la posibilidad humana.
Nuestra libertad es libertad y también comprende también la automatización de la conducta. Pronto veremos a niños de dos años poniendo la Vaca Lola y abriendo Instagram y comprando packs y fumando vape y usando Cripto. Fotos con cara de pato en busca de la aprobación de sus papas. Más Edipo del bueno.
En fin. Esto es un poco extraño. Así que ya termino.
Creo que todas estas ideas ya están dichas, sobre la tecnología, el amor, el dinero, el capitalismo. Todo ya está dicho, por pura intuición y con altos refinamientos del lenguaje. Pero algún día las diferentes direcciones de esa molestia disgregada van a converger y van a mostrarnos una perspectiva tan aterradora sobre la realidad, y sobre el espantoso lugar que ocupamos, que nos vamos a volver locos producto de esa revelación. O tal vez ya está pasando.
Sólo tengo para decir: más acción y menos dilatación.
Me pasé de la fecha de entrega, seguro no envíe nada a la revista. No tengo nada pensado.
Nos vemos la próxima.
Pagaría buena plata para conocer los rincones de tu mente. Sos una maravilla
Impecable.